Tan cerca veo de nuevo el fondo de la noche
y siento la misma sensación de que me hundo,
de que no podré salir.
Cuerpos elevándose rodeados de sus angustias
y el baile de los ojos cegados por la confusión,
por el sueño inalcanzable.
Lo que hay de realidad o de fantasía no importa,
la pesadez es la misma de un lado o del otro,
la melancolía tan inherente al ser.
Cómo arrebatan la vida los minutos
tan presentes y tan ciertos...
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