Una mañana en silencio
sin alguien que pueda ayudarnos
a llenar el mundo
de palabras que no tienen razón de existir.
El amanecer es luz
que revela el desastre,
que nos hace retroceder
a las tinieblas.
Soñar es en estas noches
otra forma de locura,
la forma en que busca salir
el dolor encarcelado.
Darle un sentido a todo
es a veces inútil
y más difícil aún
aceptar que así es.
¿Para qué torturar nuestro propio espíritu
rompiendo el silencio?