El día es breve
y la noche puede ser eterna.
Trato de recordar
los viejos insomnios,
viejos maestros
del pensamiento vagabundo.
Es una parte solamente
la que alcanzo a revivir,
el resto es únicamente
perceptible en las calles,
al andar sin camino
ni tranquilidad.
Hay una parte de mí
que volvería a perderse, con gusto,
en las sendas de la noche,
y otra que las piensa con terror
y teme que esta vez
el sueño no vaya a llegar.
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