el tiempo es engaño y sin embargo
nos tiene a todos atrapados
en sus limites
que deseamos infinitos.
¿Has conocido el infinito?
¿Realmente has deseado la eternidad?
¿Realmente has deseado la eternidad?
Las respuestas no vienen después
de que la pregunta nace de los labios,
quizás nunca venga la luz a esclarecer
la espesa negrura de mis ojos.
Creer entender, creer pensar, creer existir,
todo lo que hacemos es creer
y sin embargo
no podemos creer en Dios ni en la gente.
Esta es una manera de decir
lo que quizás sabría decir mucho mejor
el silencio.
Pues no hay forma de decirlo en pocas palabras,
ni en muchas, nunca son suficientes.
Se necesitará invertir la vida entera en intentar
explicar un poco las cosas.
Siento el tiempo, siento cómo va la noche
avanzando, en esas horas
que son sólo otra forma de sentir
el dolor.
Los sonidos nocturnos me han servido de compañía,
la sensación de estar vivo, de consuelo.
Es como decir que en el problema,
uno encuentra una solución parcial también.
Esperar es una decisión.
Escribir esto es una decisión.
¿Creer lo es también?
Ya no me preguntaré sobre el infinito,
ni sobre la eternidad.
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