Esta mañana tenía una extraña paz.
El cielo blanco, el aire húmedo, viento gélido.
Quietud, las aves cantaban solo por cantar.
Y pensando en los difuntos al despertar,
algo había ahí, en esa extraña mañana,
de inevitable destino.
“El poema es el único supuesto de que yo existo, la única garantía de mi ser: el único rezo por que el no ser no sea como el ser.” L.M.P.