Respiro el sentimiento
que provoca un nublado amanecer
un domingo como cualquiera
en que parece que he logrado
redefinir la tranquilidad.
Sentir ser nuevamente
alguien a quien se reconoce,
saber qué se guarda
en los rincones del alma,
creer otra vez.
Volver a conocidos caminos
a los lugares antes visitados
a esos ojos
y descubrir significados
nuevos para el corazón.