jueves, 12 de enero de 2012

Desconsuelo

Es como quedarse media hora bajo el sol
sin saber si sería siquiera posible
que no tuviera verdaderos motivos
para estar esperando pues tal vez
en realidad no debería estar aquí en primer lugar
y haya vuelto a creer
en las promesas frágiles del calendario
y del reloj
que bajo el sol se ven tan burlonas y falsas,
que dicen sus once palabras como un presagio de derrota
o como la interminable historia del destino de las líneas paralelas
a la que me ha condenado un insomnio-búsqueda
donde no existe otra opción que mi propio abandono,
teorías sobre la locura y versos hirientes.

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