Soñar tan fácilmente con un momento eterno
con una vida llena del viento
que a veces nos lleva hasta el precipicio
hasta la orilla donde vemos tan cerca la desgracia
pero que nos agita el alma
como no pudieron antes las olas
de las aguas de los mares
por los que flotamos
tanto tiempo a la deriva.
No cuesta nada pensar en una vida
en la que no se termine
ese primer segundo
en el que sentíamos
que habíamos estado atrapados
en el infinito vacío
que precedió a las palabras.
Pero al final todo son desvaríos
soñar despierto con los ruidos
que llegaron a romper todo
lo que el silencio había creado
y en lo que siempre se había creído.
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