domingo, 13 de marzo de 2022

Releer

 Releyendo el poema

una y otra vez, aquel

que provoca el sentimiento

preciso

que ahora mi alma clama,

aquel que ahora

la desborda,

me encuentro siempre

al final

con la desolación,

con el reflejo siempre

en mis ojos

de una oscuridad que oculta

la senda que antes era tan clara.


Releo el poema,

y dice cosas que son ciertas,

cosas que no quisiera que lo fueran.

Sus versos salen de la página,

se clavan en mí y el dolor es real.

Y duelen las cosas que son,

y las que no son y no serán.

El dolor es ya lo único verdadero.


Llegan de vuelta, siempre,

a la memoria y a los ojos,

los versos del poema

que una y otra vez

releo.

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