Reconozco el sentimiento
el que emerge de ese instante
en que acabó tu boca de pronunciar
el origen de noches por venir
sombras de lejanos paisajes
en las que se escondían
las visiones de mi ilusión.
Están ahí, en tus ojos,
los arcanos de la belleza,
los misterios de la bondad,
que nunca mas contemplaré
ahora que anochece
ahora que mi mano
se despide de la tuya.
Quedan preguntas atroces
versos que dormirán
en lo profundo del olvido.
Este sentimiento que recuerdo
se derrama en mi rostro
y traza cada gota
una nueva y desconocida pena.
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