La posibilidad cercana, tanto
que los dedos la perciben,
que el alma la siente
prácticamente en su interior.
El olvido del dolor,
volver único a ese ser,
ese otro, darle un lugar
junto al de Dios y la poesía.
Sentir el haber sido elegido,
la disipación de la niebla
que encarceló el espíritu,
y que al fin, ve.
No queda sombra que oculte
lo que el corazón busca,
pues este ha creado en si mismo,
un Edén, melodioso.
Mis palabras te encuentran,
me guía tu respiración,
tu expresión,
tu mirada es mi sepulcro,
tu voz, el cielo.