Hoy presenté mi último examen del semestre. Las últimas dos semanas habían sido de exhaustivo estudio y largas horas en vela, no necesariamente estudiando, pero producto de la ansiedad y a veces incluso desesperación que llegué a sentir. Deseaba el descanso más que nada y estudiaba mucho con tal de tener vacaciones de una vez. No fue nada fácil. La Fisiología no es sencilla.
Y sí, hoy tuve mi examen. A las 8 de la mañana. Lo terminé a las 9:30 aproximadamente. Quedaba esperar, lo cual, en estas circunstancias, puede resultar angustioso. Peor es aún todavía cuando sabes que las calificaciones están listas y no las publican por puro capricho. Ya habían pasado las 11 y sabíamos, por una secretaria, que la lista con calificaciones ya estaba hecha. Maldición. Y así fue hasta las 14, que por fin las publicaron, que por fin supe que había aprobado Fisiología A (la B es el siguiente semestre).
El semestre tuvo momentos difíciles, claro, pero ahora parecen lejanos, disueltos, como sueños. Y dormir es justamente lo que quiero hacer ahora, que creo que no podré a pesar del cansancio, pero por lo menos también hay libros que leer, que pueden acompañarme en esas tormentosas horas de insomnio.
Se fue el primer año de la carrera, tan rápido como lo sentí comenzar.
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