domingo, 17 de julio de 2011

La Muerte de los Amantes (La Mort des Amants) de Charles Baudelaire

Tendremos camas de olores suaves,
y divanes tan profundos como tumbas,
y en los estantes flores extrañas abriéndose
para nosotros bajo cielos más puros.

Con su calor postrero y usándolo a porfía,
nuestros corazones serán dos grandes antorchas,
sus luces dobles se reflejarán
en nuestras dos almas, espejos gemelos.

Y en un atardecer de color rosa y azul místico
intercambiaremos un relámpago, uno tan sólo,
henchido de adioses, como un largo sollozo;

y luego, un Ángel, al entreabrir las puertas,
fiel y jubiloso acudirá a reavivar
los espejos turbios y las llamas muertas.


Traducción de Jacinto Luis Guereña.

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