miércoles, 12 de octubre de 2011

Las cosas que no hice, las cosas que dije

Tiempo de no publicar nada por aquí, sin embargo tengo algunos borradores guardados, y sólo estoy esperando "a que sea el momento" para que los puedan leer. Un intento de cuento y otro intento de poema, pero bueno, es lo que se me antoja escribir.

La vida anda, con los tropiezos inevitables de todos los días, pero anda.

Hace ya un buen rato que comencé a leer la alabada novela de Julio Cortázar, Rayuela. No sé por qué no la había leído antes. Admito que me enamoré a las pocas páginas. De Cortázar había leído únicamente cuentos y uno que otro poema, y no había tenido oportunidad de leer su famosa Rayuela. Me faltan algunos capítulos que espero terminar pronto, pero ya a estas alturas la recomiendo ampliamente (aunque dudo que no la hayan leído ya).

De Fernando Pessoa he escuchado mucho, es decir, de su persona (pues más bien conozco poco de su obra) y recientemente me compré el que tal vez sea su libro más conocido, El libro del desasosiego. Personas en cuyo gusto tengo confianza me han hablado bien tanto del autor como del libro, que no he comenzado a leer. Veremos qué tal, aunque no dudo que sea una belleza, pues de Pessoa he leído algunos poemas, y hay uno en particular que se ha vuelto uno de mis favoritos. Tal vez lo postée pronto.

 Esto de los libros me dejará pobre.
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 No nos damos cuenta, pero es como si en vez de ser un mosaico de sentimientos, una canción fuese un sentimiento por si misma; que en un momento cualquiera en que pasan los pensamientos como las cartas siendo barajadas, surja de la nada su estribillo y sus notas nos empapen. De repente la llevamos a todas partes, y así como llegó, de pronto se ha ido.

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