Sentidos

Ya no es tiempo lo que siento ni lo que espero

Dejo en blanco las páginas

Y sin esperanzas las palabras leídas

Serán esclavas de la memoria

El último pensamiento de la noche

es un viaje a otra época

Es otro presente, porque es ahora

en un espacio que no existe

La realidad está limitada por la mente

y en algún punto se terminan ambas

Convertimos lo que es en lo que entendemos

y lo que otros entienden lo destruimos.

En palabras desenvueltas...

En palabras desenvueltas
búsquedas sin respuestas
páginas de vidas sin final
están las mismas ausencias
que en cualquier momento
de esta existencia.

Se extingue el día en cenizas
se terminan historias
en finales que nadie quería
leer.

Cualquier día termina la vida
para alguien, para alguien
aún quedará tiempo.

Será el significado oculto y verdadero
de las cosas
el que nunca conocerás
en vida.

Recordación

El día es breve
y la noche puede ser eterna.
Trato de recordar
los viejos insomnios,
viejos maestros
del pensamiento vagabundo.

Es una parte solamente
la que alcanzo a revivir,
el resto es únicamente
perceptible en las calles,
al andar sin camino
ni tranquilidad.

Hay una parte de mí
que volvería a perderse, con gusto,
en las sendas de la noche,
y otra que las piensa con terror
y teme que esta vez
el sueño no vaya a llegar.

Una mañana en silencio

Una mañana en silencio
sin alguien que pueda ayudarnos
a llenar el mundo
de palabras que no tienen razón de existir.

El amanecer es luz
que revela el desastre,
que nos hace retroceder
a las tinieblas.

Soñar es en estas noches
otra forma de locura,
la forma en que busca salir
el dolor encarcelado.

Darle un sentido a todo
es a veces inútil
y más difícil aún
aceptar que así es.

¿Para qué torturar nuestro propio espíritu
rompiendo el silencio?

13:49

La hora que todos los días

llama a que mis ojos

se posen en el reloj.

No encuentro explicación,

ninguna razón para que esto

suceda.

Las coincidencias desaparecen

a la luz de un nihilismo

que brota de las entrañas.

Pienso en tiempo,

en contextos en que los números

pueden existir, distintos.

Pienso en la muerte,

muerte que arrasa

ciudades enteras.

En una tierra

en la que el viento

canta con crueldad.

Se respira el hielo

y por dentro el infierno

explota su música.

Hay violencia en la esencia,

un irracional deseo

de destrucción.

Se calma el flujo de odio

en mis venas al escuchar

sus aullidos.

Diferentes noches

Es una realidad diferente,

una visión, imágenes de deseos.

¿Qué aguarda al dejarse ir

a la profundidad del sueño?

A veces es tranquilo el descenso

y el tiempo fluye sin obstáculos.

El ojo no ve la oscuridad,

nada hay más allá de su velo.

A veces se desea pero no se llega

¡Es inalcanzable la tranquilidad,

alejarse de la conciencia,

flotar sin rumbo en el mar!

A veces se lucha por no caer,

el esperado alivio no existe

y el terror nos dejará a la deriva

durante lo que se siente como una eternidad.

¿Qué aguarda al dejarse ir

a la profundidad del sueño?

Al final no hay respuesta,

solo se compadecen los ecos.

Desprendimientos

No es belleza lo que persigue

la imparable tempestad que viene

con cada una de las palabras

que se pronuncian

intentando que una idea

logre salir a relucir.

Confusión.

El gran logro de toda explicación,

nada más que más preguntas,

el idealizado conocimiento,

búsqueda por caminos interminables.

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Si fuera una noche

una sola

recordaría que no hubo

piedad en su frío

en sus minutos

cada uno

lleno de infinita

desesperación.

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Y como cualquier otra visión

que me hacía regresar al mismo abismo

notaba la pérdida,

la música que no existe,

escuchaba el eco

de mi propia voz

y sabía

que algo se había perdido,

y no había forma de volver.

Tantas noches

La vista es oscura revelación,

pálidos paisajes

de secretos

que se escabullen

por las sombras.

No es sino otro sueño

en que vagas

como despierto

para no encontrar

lo que buscan los sueños.

Momento

Comenzó su día con una frase de José Ortega y Gasset, un español que pensaba, como solía llamarle. Esto no quería decir que los demás españoles no pensaran, sino que Ortega y Gasset era alguien de quien no sabía qué más decir. Así pues, las demás cosas podían esperar. Pensar había sido lo que había hecho ese día al despertar. No se levanto de la cama, no fue a sus clases. Estuvo hojeando su memoria y su imaginación. Cualquiera que fuese la fecha en el calendario, había traído consigo una especie de ruptura en su realidad. Le agradaba, le agradaba el estar echado, el haber olvidado aquello-que-ni-siquiera-intentaba-recordar (porque de verdad no recordaba qué era), el ser él mismo y nada más.

Revelación

El detonante puede ser cualquier cosa.
El esperar, muchas veces hace
que en el horizonte
nada se atreva a asomarse.

Dejar que las cosas sigan su curso,
el que va trazándose mientras
se avanza por él,
el que no existe
pero se crea.

No es coincidencia,
no es destino.
Quizás sólo
las cosas son
por sí mismas.

Es el momento en que se disipa
de todos los caminos
la espesa niebla.

Suicide Solution

Se piensa en salidas

del laberinto.

Yendo más profundamente

en él.

La mente y el plomo

tan cercanos

que se siente

el sabor de la sangre.

La noche llama a entregarse,

dejar atrás el disfraz

de ser humano.

Llamo y sé que cometí

todos los errores posibles.

El silencio me contesta

Que cierre la boca,

que deje de buscar.

Sentir nada más que

el maldito miedo.

Saberse encerrado

y que ya el daño

está hecho.

Las heridas son

demasiado evidentes

y uno es deforme

como el futuro.

Si hubo fe en algún punto

ahora no es posible

siquiera creer algo así.

El frío no detiene la ira.

La siento, tanto

como siento la vida

o la enfermedad.

La calle me arroja

a la desesperación,

al encierro en mis ideas.

Recuerdo a Dios,

entre tantos otros pensamientos,

y ahora sé que no existe.

Es, como muchos otros,

un concepto que

mi vida aplastó

y aniquiló por completo.

Ya no existen líneas rectas,

absolutos o la ceguera

que exige la fe.

Pensar en amor o en odio,

Nuestros propios engaños.

¿Qué valor tiene la vida

cuando se deja de creer?

Quizás uno nunca

deja realmente

de creer

mientras no sea

un frío cadáver.

El panorama que logra

vislumbrarse es sólo

desastre.

No hay un evento único

que precipitase todo

a este abismo.

Esta es la condena final,

quizás lo que llaman

“Destino”,

la sentencia de la que nadie

puede escapar,

lo que a cada uno

dará fin.

De nuevo de pie,

camino de regreso

por última vez.

Y sé que mañana

ya no habrá dudas

ni nada que resolver.

Es poco en verdad

lo que uno como hombre

puede entender.

¿Pero qué es lo que queda

si hay algo?

El amanecer llegará

inevitablemente.

Letras

De la tortura de la vida
ya has leído tanta literatura.
De dolor y tristezas
que arrancan la voluntad
de vivir
ya has leído tres libros de poesía,
de la vida de quienes
los escribieron
has leído incontables veces
su biografía.

Has construido un monstruo
a partir de lo que leíste
durante tu infancia.
Tanta novela
te hace pensar la vida
en un papel escrita
hasta su final tan malo
y vacío.

Crees en la filosofía
y odias a quienes
se han atrevido
a escribir sobre ella.

La noche cobija
su desnudez
con la caricia de las letras.

Lo inevitable

Es temible pensar en las consecuencias
En lo inevitable

Se tiene una idea de lo último,
De lo que finalmente puede ser.

Se tienen esperanzas, ilusiones,
Frágiles pensamientos, deseos.

No se tiene una idea de lo que es
La verdad, de lo que es realmente.

Se ocultan entre palabras, conversaciones,
El paso del tiempo

Revelaciones que cambiarían
Todo lo que puede ser concebido
Desde donde no se sabe